He decidido hacer un Rewind. Me encanta hacerlos (este no es el primero que hago). Pero no me culpéis. ¿A que sería genial poder dar marcha atrás a nuestro antojo?
HAGAMOS UN REWIND
Como en esas cintas VHS de los ochenta. Tras quinientas noches de ausencia aparecerías en un taxi, lanzarías dos besos, caminarías marcha atrás, entrarías en casa y colocarías tu rostro en el espejo y tu ropa en los cajones, justo después de que te dijese que quería quererte tras un fin de semana lleno de besos, piel y saliva. Entonces retrocederíamos rápidamente hasta ese bar de Malasaña. Tú estarías apoyada en la barra. Yo me fijaría en tus piernas infinitas. Me acercaría a ti y mi voz canalla susurraría por segunda primera vez: “Camarero, un güisqui on the rocks”.
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