Dos meses sin escribir. No sé por qué se me hace tan extraño. A fin de cuentas pasé 39 años de mi vida sin hacerlo. Tras entregar a mi editor el manuscrito definitivo de "A Celeste la compré en un rastrillo" y tras haber ganado con mi primera novela el concurso de La Voz de Galicia, sentí que un ciclón me pasaba por encima. Por eso me he tomado un tiempo terapéutico para levantar la vista del portátil. Leer. Ver. Caminar. Observar. Descansar.
Pero Esta Noche te Cuento, es una cita obligada a la que me cuesta renunciar.
El tema de este mes: Bicicletas.
Espero que os guste:
DIAGNÓSTICO.
Con pulso firme tracé una
gruesa línea con un rotulador azul para dividir el folio en dos mitades
idénticas.
A la izquierda escribí
las cosas que no quiero olvidar. El recuerdo de nuestro primer beso. El sabor
de una fresa en primavera. El primer llanto de Ana. El aroma a lavanda de mi
madre. Y mil cosas más. Esas que solo hago en fin de semana: andar en bicicleta
(aunque esto dicen que nunca se olvida), hacer lasaña de verduras en la Thermomix,
calcetar, arreglar las plantas del jardín.
A la derecha tenía
intención de escribir todas las cosas
que no me importa olvidar. Y resulta que no quiero olvidar nada. Ni siquiera
nuestras escasas discusiones. Ni la cara de tu hermana (debí decirte hace años
que no la soporto). Tampoco quiero olvidar cómo me hice esta cicatriz que tengo
en la rodilla. Ni la angustia que sentí
cuando operaron a Ana de apendicitis.
Nada.
No quiero olvidar nada.