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domingo, 7 de octubre de 2018

PROCRASTINAR (SEGUNDA PARTE)

De nuevo lo he dejado para el último día. Dejémoslo en que lo importante es llegar. Así que otra vez, sobre la campana, escribo mi participación en Esta Noche Te Cuento, cuya propuesta era esta fotografía de Vivian Maier



TREINTA SEGUNDOS

Escucha el hipnótico tintineo de la moneda cayendo dentro de la máquina expendedora. Click. Elija fecha. Lugar. Persona. 1995. Barcelona. Laura. Al instante la ve en el baño, secándose el pelo. Nada más. El zumbido monocorde del secador. Treinta segundos. Otra moneda. Click. 2001. Come una manzana, apoyada en el quicio de la puerta. Otra. Click. 1989. Laura en la biblioteca de Derecho. Muerde el  lápiz. La observa igual que lo hizo aquel día, durante los treinta segundos anteriores a que él le hablase por primera vez. Click. 2022. Lo recuerda perfectamente. Una moneda desperdiciada. Es la boda de su hija. Aquí ya estaban divorciados. Ella no le habló en todo el día. Treinta segundos de Laura observando a su hija bailando el vals nupcial. Sonríe. Le quedan dos monedas. 2007. Sentada en el cine. Intenta recordar la película. No puede. Laura no ríe. Tampoco llora. Nunca lloraba en las películas. 2031. Laura dormida en el tren, sobre el hombro de otro hombre. Veintiocho, veintinueve… treinta. Fundido en negro.
Hurga en el bolsillo. Vuelve al andén del metro. Se sienta sobre los cartones. “Una moneda, por favor”. Estira la mano  al paso de un hombre.  “Por favor, una moneda”.