Nueva entrega para microrrelatos de abogados, siguiendo con mi sana costumbre de apropiarme de títulos ajenos de películas o libros famosos.
Ls palabras obligatorias: ocaso, jolgorio, accionista, preferente, titularidad
Una habitación con vistas
Desde la ventana de mi celda veo las nubes fragmentándose, dibujando un ocaso insólito. Aspiro la belleza naranja que dibuja el horizonte.
Un crepúsculo más. Un día menos.
Parece increíble que hayan pasado tres años. Me llaman el asesino de las preferentes. Héroe o villano, tan sólo soy un hombre al que le robaron todo. El dinero. La titularidad del piso. La dignidad.
Por eso cuando se conoció la sentencia, mientras los abogados de la entidad financiera la celebraban con un jolgorio indecente, me colé en la central y disparé a bocajarro a los principales accionistas del banco.
Ahora estudio Derecho. Soy un hombre paciente. Descuento cada día del calendario, esperando el momento en que seré libre de nuevo y me convertiré en uno de ellos.
Entraré en el colegio de abogados por la puerta grande.
Y vuelta a empezar.
No importa.
Desde esta ventana, es hermoso el atardecer.
O historias en la nube. Un lugar donde compartir mis microficciones. Pequeñas historias para mis amigos, y para aquellos que simplemente asomáis por aquí para ver lo que se cuece en mi tozuda cabecita. Una visión particular de ese acto tan complicado que es simplemente vivir. Ya lo decía José Luis Cuerda. Amanece, que no es poco.
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sábado, 28 de septiembre de 2013
lunes, 16 de septiembre de 2013
En septiembre en ENTC
El tema es volver. Mi cabecita ha urdido un reencuentro con el maligno. A fin de cuentas quién no ha soñado alguna vez con vender su alma al Diablo.....
EL PACTO
El lugar permanece exactamente igual que hace cincuenta años. Aquí conjugamos su ansiedad y mis deseos, firmando un documento que nos ha mantenido unidos por el hilo invisible de mi juramento. Parece que fue ayer. Recuerdo perfectamente aquel día en el que, sin volver la vista atrás, huí atesorando en mis manos los secretos de la eterna juventud y la felicidad plena. Confiando en mi promesa de entrega eterna, el pobre diablo se sumergió en las profundidades de un averno oscuro que acerté a vislumbrar detrás de sus pupilas.
Mereció la pena.
He alcanzado la fama y el reconocimiento. He saboreado el poder y la gloria. He navegado por cuerpos hermosos, alcanzando dichas de placer indescriptibles. He adorado mi perfecta imagen, incorrupta y bella a partes iguales. Por ello, ni un sólo día de mi vida me he arrepentido de lo que hice.
Él no podrá decir lo mismo.
Aquí le espero.
He vuelto, como le prometí, dispuesta a cumplir mi parte.
Sin embargo, cuando su satánica majestad asome al abismo de mis entrañas comprenderá que no tengo nada que ofrecerle.
A fin de cuentas, es de todos sabido que soy una auténtica y completa desalmada.
EL PACTO
El lugar permanece exactamente igual que hace cincuenta años. Aquí conjugamos su ansiedad y mis deseos, firmando un documento que nos ha mantenido unidos por el hilo invisible de mi juramento. Parece que fue ayer. Recuerdo perfectamente aquel día en el que, sin volver la vista atrás, huí atesorando en mis manos los secretos de la eterna juventud y la felicidad plena. Confiando en mi promesa de entrega eterna, el pobre diablo se sumergió en las profundidades de un averno oscuro que acerté a vislumbrar detrás de sus pupilas.
Mereció la pena.
He alcanzado la fama y el reconocimiento. He saboreado el poder y la gloria. He navegado por cuerpos hermosos, alcanzando dichas de placer indescriptibles. He adorado mi perfecta imagen, incorrupta y bella a partes iguales. Por ello, ni un sólo día de mi vida me he arrepentido de lo que hice.
Él no podrá decir lo mismo.
Aquí le espero.
He vuelto, como le prometí, dispuesta a cumplir mi parte.
Sin embargo, cuando su satánica majestad asome al abismo de mis entrañas comprenderá que no tengo nada que ofrecerle.
A fin de cuentas, es de todos sabido que soy una auténtica y completa desalmada.
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