Prometido.
Mientras vamos con las mujeres rurales que acompaño con una foto de los tomates de la huerta de mi suegra, eso sí: tuneados por la familia Penas Portabales
Domingos
Pienso en como eran los domingos
cuando vivíamos en la ciudad. Desayunábamos en silencio. Tú leías el periódico
y yo hacía zapping en la tele de la cocina. Tú salías a correr y yo me quedaba
leyendo en el salón. Comíamos en casa de tu madre. Tú veías el partido mientras
yo ojeaba una revista. Casi siempre íbamos al cine. Luego, tomábamos algo en la
de Luis. Nos acostábamos tarde, tras ver la tele un rato. Y no me amabas.
Pienso en como son los domingos
ahora. Igual que los lunes Y que los jueves. Siempre hay algo que hacer. Madrugamos.
En esta época toca prepararnos para la vendimia. Yo alimento a las gallinas.
Tomo un café en casa de Susana. Hago mermelada de tomate. Los tomates vienen
todos juntos. Tú vuelves a las dos, justo para comer. Me cuentas que las uvas
están casi a punto. Y que mañana bajarás al pueblo a contratar jornaleros. Y
dormiremos la siesta. Y llamaremos a tu madre. Nos sentaremos en el porche.
Poco. Ya refresca. Daremos un paseo, con Laika, la perra que me regalaste
aunque sabes que no me gustan a los perros. Tampoco aquí. Tampoco aquí, me amas.