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domingo, 15 de abril de 2018

De ventanas y otras historias

Qué le vamos a hacer. No me gusta la foto que este mes tenía que inspirar nuestro relato de Esta Noche te Cuento. Ventanas, dragones o sirenas. Todo junto, así. Y me ha quedao un relato raro. De ausencia. Muy de penas.  No muy mío. O más bien, muy de la Arantza que empezó a escribir microrrelato hace cinco años. 
Bueno, es lo que me ha salido. no quisiera faltar a mi cita con ENTC.

Fotografía de René Maltête

Lucas: Capítulo 15, versículos 11 al 32.

“Lucaaaaaas, a cenar”. Casi puede oírla. Le gusta recordar su voz así. La voz de cuando ella era su madre y él un niño de ocho años que jugaba en ese jardín. ¿Qué le dirá? Quizá un “¿Por qué, Lucas?” Quiere pensar que abrirá la puerta y le dejará entrar. Aunque hayan pasado treinta años. Mira hacia arriba, esperando verla salir por esa ventana por la que siempre asomaba para despedirlo, cuando iba al colegio. La ventana de la foto. El cristal de la puerta le devuelve su reflejo. El tipo que lo mira es un fantasma que nunca tuvo ocho años. Timbra. En cuanto se abre la puerta, la boca se le llena de silencio. Solo se miran unos segundos. Es ella. Y no lo es. Es lo que su ausencia ha hecho de ella. Y no lo reconoce. Porque él ya no es Lucas. Es un reflejo en el cristal. Le dice eso de “No damos limosnas”. Así que él da media vuelta y deja atrás todo. El Lucas que fue. La ventana. La foto sobre la chimenea. Su madre. Esa que, sin llorar, aprieta los puños y murmura con voz inaudible “tu padre murió en 2006”

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