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sábado, 8 de junio de 2013

ENTC. Después de las princesas.....



Los espejos. Alicia en el país de las maravillas. Mi Alicia se pasea por un universo poco amable. Con permiso del señor Kundera, he cogido prestado su título, por apropiado.El mes pasado ya robé el título de una peli. A este paso acabaré detenida.

La insoportable levedad del ser.

En el último resquicio de su consciencia, Alicia comprende que se ha sumido en un universo onírico regido por leyes de eterno retorno. Su cuerpo se difumina. Su frágil figura se distorsiona adquiriendo nuevas dimensiones.
El espejo le escupe la verdad de su nuevo yo. La imagen más temida. Golpea el espejo con fuerza, en un intento vano de destruir a esa Alicia inconmensurable y mayúscula. Miles de fragmentos se disuelven creando una visión caleidoscópica y grotesca. Aprieta los puños anhelando la recompensa del dolor. En su lugar, recibe múltiples cicatrices que, caprichosas, entretejen un laberinto en su mano. Sabe que al fondo del mismo está la otra Alicia. La etérea. La leve. Corre hacia ella. Tropieza. Se levanta. Exuda desesperación.
Busca una escapatoria. Es su propia voluntad la que la absorbe e impulsa a través de los muros del laberinto, que desaparecen, desplomándose con estruendo.
Su retina acoge imágenes borrosas. El cuarto de baño. La alfombra. La báscula. La sangre. Su madre.
Se oyen sirenas y gritos. Es en ese postrero instante de lucidez,  cuando comprende que no habrá salida para ella. Arropada por un lecho de cristales, se rinde y descansa. 
Eternamente ingrávida. 
Por fin.




6 comentarios:

  1. Qué es la muerte, Arantza, sino un espejo que se descompone para unir los dos lados.
    Muy bonito el momento de fusión de las dos orillas, editora mía.
    Buen fin de semana.
    Juan M.

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  2. Te empapaste de la densidad de Kundera...
    Una Alicia muy intimista con final duro.
    la frase:
    recibe múltiples cicatrices que, caprichosas, entretejen un laberinto en su mano.
    Es muy muy buena me ha encantado...

    La muerte en el baño...es una muerte translúcida, cristalina...y la sangre suena impoluta corriendo entre el laberinto de cristales.

    Mucha suerte Arantza

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  3. Arantza, he vuelto a leerlo -esta vez en tu blog-, y cada vez me salen más respuestas, es decir más preguntas: más dudas. Al principio pensaba en una ruptura del personaje con su mundo paralelo. En una línea más realista, vi un suicidio relacionado con drogas o depresión. Hoy, por la pista de la báscula, acabo de ver a una Alicia vencida por su falso sobrepeso, su levedad.
    Editora mía, ¿de dónde sacas tanta creatividad?
    Un bico
    Juan M

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    Respuestas
    1. Efectivamente lo planteé como una lucha de una Alicia anoréxica, a la que el espejo le ofrece su visión odiada (inconmensurable, mayúscula). Finalmente acaba vencida por la enfermedad (eternamente ingrávida, por fin).
      Lo que pasa es que no sé cómo me ha salido este texto tan complicado. Ya sabes que es más propio de mí un lenguaje más directo y sencillo. Yo creo que se hace un poco denso.
      Lo cierto es que partí de un texto que había hecho para un ejercicio de un curso de cuento. De el tomé el tema de los cristales y el laberinto. Aunque el resultado final no se parece en nada a lo que escribí en aquella ocasión.
      Gracias por leerme J. (me encanta, en este momento no sabes a quién va dirigido el agradecimiento, a ti o tu alter ego....)

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    2. Arantza, ya sé que Washington y tú tenéis algo entre manos, lo veo en su mirada burlona. Se veía venir. Jaramillo no respeta nada.
      Un beso
      Juan M, el autor, de momento...

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