La ilustración es de Nicoletta Ionescu:
Y ahí va mi texto:
Las huellas de Sophie
Hace ya dos horas que
salí de la cabaña y sus huellas continúan guiando mi camino. Está empezando a
anochecer. El viento agita los árboles y apuro el paso, temerosa de que los copos de nieve acaben por hacer
desaparecer su rastro. Es el suyo. Lo sé. Recuerdo el día en que le regalé aquellas
pequeñas botas . "¡Mira mamá, dibujan estrellas sobre la nieve...!" De
cinco puntas. Inconfundibles. Partían
desde la leñera y avanzaban hacia el suroeste. Y yo detrás.
Tras la Colina Wergen
comienza un bosque en el que sé que
nunca se hubiera atrevido a entrar. Pero eso era antes. Porque estos meses fuera de casa seguro que la
han cambiado. Efectivamente, su pista se pierde entre la espesura. Joseph
aparece a mi lado, como salido de la nada.
Le señalo las pequeñas huellas. Él me abraza y me hace tocar la nieve. Una superficie gélida y lisa. Inmaculada.
—Estaban ahí— le susurro.
Él asiente y me dice que
es hora de volver . Yo me dejo llevar. Ya en casa me cobijo frente a la
chimenea y él sirve la sopa.
Y de nuevo, sobre la
mesa, tan solo dos platos.